Con EXCESS, el objetivo es crear una marca dotada de una personalidad firme, que rompe con los códigos de la vela clásica. El equipo de diseño ha trabajado en una experiencia global.
Un diseñador piensa ante todo en la emoción que va a generar su diseño. La primera impresión debe ser la buena, puesto que todo reside en ese primer mensaje transmitido por la « presencia » del barco. Dibujar un velero, un objeto mítico por excelencia, es honrar la leyenda que le da vida. Todo diseño comienza por la escucha, la comprensión de los objetivos del proyecto, el intercambio de opiniones constante con el equipo y los arquitectos y, por último, la identificación de las palabras clave que van a enmarcar la fase de creación.
Con estos nuevos catamaranes, el objetivo es salir de la zona de confort de un conformismo tranquilizador e inventar una nueva referencia. La creación debe responder a expectativas inesperadas y la verdadera innovación no es seguir las tendencias, sino anticiparse a ellas. El equipo escogido ha inventado un lenguaje simbólico, un enfoque escultural, formas flexibles que nos recuerdan el mundo de los cetáceos y queda lejos de aquellas líneas ordenadas inspiradas en las estructuras rígidas. La otra idea fuerte es la introducción de una línea directriz en la composición: una línea en cuña que comienza en la parte delantera de los cascos y que otorga una orientación marcada en todos los barcos de la gama EXCESS, y le concede otra mirada...
El posicionamiento de las ruedas de timón, tan determinante en la decisión de contacto con el mar, ha requerido mucha atención para aportar soluciones que sean a la vez seguras, que funcionen en todas las condiciones y que queden visualmente integradas. Pero un proyecto sin limitaciones sería casi aburrido, como bien decía el famoso diseñador americano, Charles Eames: « Las limitaciones son los mejores amigos de los diseñadores ».